Los orígenes de la Paleontología

¿Quién fue la primera persona que recogió un fósil y pensó que aquello podía ser un ser vivo del pasado? Haremos un pequeño recorrido por el pasado de la paleontología para reflexionar sobre su presente y su futuro

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Gloria Bernet

3/20/20253 min read

Origen de la paleontología
Origen de la paleontología

En 2024 se publicó un estudio sobre una cueva en Burgos (España) habitada por neandertales en la que se había encontrado una colección de fósiles. Hace unos 46.000 años, un humano se dedicó a recoger moluscos, erizos de mar y gasterópodos que el tiempo había convertido en piedra. Los científicos suponen que esos fósiles tenían algún significado mágico o ritual. ¿Pero podemos estar seguro de que la persona que los recogió no fuera uno de los primeros paleontólogos de la historia y supiera lo que tenía en las manos? Unos bastantes miles de años después, los sapiens de la Grecia clásica ya sabían lo que era un fósil e incluso los incluían en sus clasificaciones zoológicas. Ese conocimiento, como muchos otros, fue desapareciendo hasta que en el siglo XIX, lo que hoy conocemos como paleontología emergió como una ciencia establecida.

El siglo XIX

Como decíamos, el interés por los fósiles es muy antiguo. Anterior incluso a la especie homo. Su interpretación científica comenzó a tomar forma durante el Renacimiento. El mismísimo Leonardo da Vinci se puso a estudiar fósiles y, volviendo a hipótesis de los antiguos griegos, propuso que eran restos de organismos antiguos y no meras curiosidades minerales. A este hombre le dio tiempo a todo en la vida.

Sin embargo, el siglo XIX y su redistribución del trabajo a causa de la revolución industrial, marcó un punto de inflexión para la paleontología. Allá por la década de 1810, el geólogo británico William Smith y el francés Georges Cuvier fueron pioneros en establecer la estratigrafía y la anatomía comparada como bases para el estudio de los fósiles. Smith desarrolló la técnica de correlación de fósiles para datar las capas de roca, mientras que Cuvier demostró, y ahora ya ese conocimiento no se perdió, que los fósiles representaban especies extinguidas.

En el siglo XIX, también, Charles Darwin publicó de "El Origen de las Especies". Ya estamos en 1859. La teoría de la evolución de Darwin proporcionó un marco conceptual para entender cómo y por qué las especies cambian a lo largo del tiempo, y la paleontología se convirtió en una herramienta fundamental para estudiar la evolución y la historia de la vida en la Tierra. Un poco antes, en 1842, Richard Owen había acuñado el término Dinosauria.

En España no parece que la afición a la paleontología estuviera tan de moda, pero en 1872, Juan Vilanova publica un artículo sobre los primeros restos de dinosaurios después de los tímidos intentos previos de Nicolás Ferrer y Jerónimo Balduque de intentar llevarse los méritos de los hallazgos.

La paleontología ahora

En el siglo XX, la paleontología se profesionalizó. Los paleontólogos dejaron de ser, mayoritariamente, señores ricos ingleses, pero ese no fue el único hecho destacable.

En primer lugar, los animales extintos y los “mundos del pasado” entraron a formar parte de la cultura pop. Esto es bueno y malo a la vez, pero eso da para otro artículo completo en el que quizá incluyamos también la utilización de los dinosaurios como atractivo turístico.

Lo que sí fue bueno sin lugar a duda para la Paleontología fue el desarrollo de nuevas tecnologías y métodos de investigación. Por ejemplo, la datación radiométrica permitió a los científicos determinar con precisión la edad de los fósiles. La tomografía computarizada (los TAC, vaya) y las técnicas de reconstrucción 3D han supuesto una revolución en la Paleontología. Además, y eso también es bueno, en estos últimos cincuenta años se ha excavado en prácticamente todas las zonas del mundo y eso ha ampliado enormemente nuestro conocimiento sobre la diversidad y evolución de la vida. Poquito a poco, vamos poniendo piezas en el puzle.

Pero ¿para qué sirve la paleontología?

Además de para hacernos felices a algunos y algunas, en la actualidad, la paleontología trasciende su función de desentrañar el pasado. También proporciona una información muy valiosa sobre el presente y el futuro de la vida en nuestro planeta. Los estudios de fósiles de plantas y animales extintos ofrecen datos cruciales sobre cómo los ecosistemas han evolucionado y han respondido a los cambios climáticos ocurridos durante la historia de la Tierra. Está claro que este conocimiento es fundamental para predecir cómo los ecosistemas actuales podrían adaptarse a las condiciones cambiantes.

Estudiando eventos pasados, los paleontólogos pueden identificar patrones y mecanismos que ayudaron a algunas especies a sobrevivir mientras otras se extinguieron. Esta información es vital para desarrollar estrategias de conservación y mitigación en respuesta al cambio climático actual que está provocado, en gran medida por las acciones del hombre. Nos parece casi obligatorio recoger el legado de aquella o aquel neandertal que recogía fósiles en Burgos hace 46.000 años y trabajar para entender de dónde venimos y hacia dónde vamos.