Historia genética de los caballos ibéricos

El 2 de agosto se publicó un estudio en la revista científica Nature sobre la historia genética de los caballos ibéricos desde el último período glacial, ofreciendo un análisis exhaustivo sobre la evolución y la diversidad genética de estos animales en la Península Ibérica a lo largo de los últimos 26.800 años.

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8/31/20253 min read

Origen de los caballos
Origen de los caballos

No cabe duda de que los equinos han sido protagonistas clave en la historia de la humanidad, y conocer su evolución a lo largo de los miles de años es de gran valor, tanto paleontológico como arqueológico, para entender mejor procesos relacionados con la humanidad como la práctica de la domesticación. Por ello, se ha realizado una secuenciación genómica de un total de 87 restos, principalmente arqueológicos, de caballos ibéricos y de otras regiones mediterráneas próximas. Las muestras abarcan ejemplares datados del Pleistoceno hasta de la Edad de Hierro, incluso del mismísimo Imperio Romano cuando este estuvo establecido en la Península Ibérica. Esta reconstrucción de la “historia genética” busca, por tanto, comprender la interacción entre las poblaciones de caballos salvajes y los domesticados, ubicando a Iberia en el epicentro de la domesticación de estos animales y su propagación hacia el resto de Europa e, incluso, el norte de África.

Uno de los hallazgos más significativos del estudio es de la presencia de un linaje genético, denominado por las siglas IBE (Iberian Wild Equine), que galopó por tierras ibéricas desde el Pleistoceno hasta la Edad de Hierro, perdiéndose su rastro genético en ejemplares estudiados posteriores al año 358 a.C. Esto se sabe porque este linaje de caballos nativos estaba diferenciado genéticamente por un haplogrupo del cromosoma Y y linaje mitocondrial único y exclusivo, creando una identidad genética propia, diferente al resto de poblaciones europeas indistintamente de las similitudes morfológicas con estas. Posiblemente, su gradual desaparición fue producida por la creciente influencia de caballos domesticados, mucho más adaptados a las prácticas humanas del momento, como también por procesos de cría que favorecían el mestizaje con caballos de otro origen no ibérico.

Por otro lado, los caballos denominados con las siglas DOM2, ancestros de los caballos domesticados modernos, fueron introducidos (por humanos) en la Península Ibérica desde las estepas pónticas-caspias alrededor del 1850 a.C. La genética de estos DOM2 se mezcló con la de los caballos IBE durante muchos siglos hasta que el rastro genético del IBE se perdió completamente. Alrededor del 358 a.C., todavía se continuó reabasteciendo las poblaciones de caballos domésticos con caballos salvajes ibéricos. Sin embargo, los pocos reductos de IBE que quedaban fueron reemplazados por un pico de población de DOM2 durante la impresionante movilización de tropas y reclutamiento, tanto de soldados, como de caballos para los ejércitos de Aníbal durante las guerras púnicas.

En otros equinos como el asno se detectaron durante el estudio diversas afinidades genéticas con DOM2 foráneos procedentes principalmente de Francia, Sicilia y Bretaña, con genética de poblaciones ibéricas, corroborando tanto rutas de comercio como redes de comunicación militar y exportación de estos animales alrededor del 1.200 a.C. hasta el año 500 d.C. Durante el Imperio Romano, la genética “ibérica” fue dominante en Europa Occidental y el norte de África.

En conclusión, Iberia era, especialmente entre la Edad de Hierro y el Imperio Romano, uno de los principales centros de cría y diseminación de caballos domésticos. Esta información ya la dejaban entrever muchas fuentes históricas que resaltaban el uso de caballos ibéricos en la guerra y el transporte durante las conquistas romanas. Una conquista a modo de colonización que llegó a América cuando linajes de caballos ibéricos alcanzaron esos nuevos territorios. Este estudio, sin duda, resalta el impacto de la domesticación en la genética de los animales y cómo los humanos afectamos con nuestras prácticas a la diversificación y el legado genético de aquello que tocamos.

Estudio de referencia:

The genomic history of Iberian horses since the last Ice Age, https://doi.org/10.1038/s41467-025-62266-z