El topillo nival: una historia de supervivencia en la Península Ibérica
El topillo nival (Chionomys nivalis) es un pequeño roedor de montaña que, a pesar de su tamaño, encierra una gran historia evolutiva. El objetivo del estudio que resumimos hoy es reconstruir la dinámica espacio-temporal de la especie mediante la integración de datos paleogenéticos y morfológicos.
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11/27/20253 min read


El topillo nival (Chionomys nivalis) es un pequeño roedor de montaña cuya distribución actual en Europa es fragmentada y, en varios países, se encuentra catalogado como especie vulnerable o casi amenazada. En la Península Ibérica, su presencia se limita a poblaciones aisladas en sistemas montañosos como los Pirineos, la Cordillera Cantábrica y el Sistema Central. La Cueva de El Mirón (Cantabria) constituye un yacimiento clave para estudiar su historia evolutiva, al conservar un registro fósil casi continuo desde el Pleistoceno tardío hasta el Holoceno. El objetivo del estudio que resumimos hoy es reconstruir la dinámica espacio-temporal de la especie mediante la integración de datos paleogenéticos y morfológicos.
Se analizaron nueve mandíbulas fósiles de C. nivalis procedentes de distintos niveles estratigráficos de El Mirón, con cronologías de hace entre 50.900 y 6.130 años. Se aplicaron técnicas de extracción de ADN antiguo, construcción de bibliotecas genómicas y secuenciación en plataforma Illumina. Paralelamente, se estudiaron las variaciones morfológicas del primer molar inferior (m1) siguiendo las descripciones clásicas de Nadachowski (1991). Para la comparación con poblaciones actuales, se obtuvieron diez muestras modernas de individuos capturados en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido entre 2020 y 2021. Los análisis filogenéticos se realizaron mediante alineamientos de genomas mitocondriales y del gen citocromo b, aplicando modelos de máxima verosimilitud y bayesianos.
El estudio morfológico identificó cuatro morfotipos principales: “lebrunii”, “abulensis”, “aquitanicus” y “nivalis”. Estos se distribuyen de manera desigual a lo largo de la secuencia estratigráfica, con predominio del morfotipo “aquitanicus” en niveles antiguos y mayor presencia de “abulensis” y “lebrunii” en cronologías más recientes. En cuanto al ADN, dos muestras proporcionaron genomas mitocondriales completos, confirmando la pertenencia de los fósiles a C. nivalis. Los análisis filogenéticos revelaron la existencia de dos linajes diferenciados: uno vinculado a poblaciones del centro de la Península Ibérica y otro relacionado con poblaciones pirenaicas y del noreste. El linaje central aparece únicamente en la muestra más antigua, mientras que los fósiles más recientes se agrupan con las poblaciones pirenaicas actuales.
Los resultados sugieren que C. nivalis mantuvo una continuidad genética en la Península Ibérica durante al menos 50.000 años, aunque con cambios en la distribución de sus linajes. La desaparición del linaje central en el registro más reciente de El Mirón podría indicar una regresión hacia latitudes meridionales o una pérdida de diversidad genética. Este patrón coincide con la fragmentación actual de la especie, confinada a enclaves montañosos aislados. Las oscilaciones climáticas del Pleistoceno tardío y Holoceno, junto con las barreras topográficas, fueron factores determinantes en la configuración de esta distribución. Durante las glaciaciones, el topillo se expandió hacia zonas más bajas, pero el retroceso de los hielos lo aisló en refugios montañosos. En épocas más recientes, la acción humana (pérdida de hábitat, cambios en el uso del suelo) ha intensificado la fragmentación y reducido la variabilidad morfológica y genética.
El análisis integrado de fósiles y ADN antiguo demuestra que Chionomys nivalis ha mantenido continuidad genética en la Península Ibérica durante decenas de milenios, pero con una marcada reducción de diversidad y distribución. La desaparición de ciertos linajes y la fragmentación actual reflejan un proceso de declive iniciado ya en el Pleistoceno tardío. Este caso subraya la importancia de la paleobiología de la conservación, disciplina que utiliza el registro fósil para comprender la historia evolutiva de especies amenazadas y orientar estrategias de protección. El estudio del topillo nival evidencia que incluso pequeños mamíferos pueden ofrecer claves fundamentales para entender la relación entre cambio climático, aislamiento geográfico y pérdida de biodiversidad.
https://doi.org/10.1016/j.quascirev.2025.109672
